escuela, encuentro, desencuentro, nihilismo, maestros, cultura

Gracia(s)

Sagrada Familia de Michelangelo

Gracias por tu alegría. Gracias por compartir tu vida con la mía. Gracias por casarte conmigo. Gracias por tu sonrisa. Gracias por tu intuición femenina. Gracias por estar hoy a mi lado. Gracias por cruzarte en mi camino. Gracias por haberme dado una familia. Gracias por el esfuerzo que pones en nuestro matrimonio. Gracias por compartir la militancia conmigo. Gracias por cuidarme. Gracias por desear que no discutamos.

Gracias por pedir perdón. Gracias porque desde que te conozco ha cambiado mi vida. Gracias por confiar en mí. Gracias por compartir lo que sabes. Gracias por intentar comprenderme. Gracias por el desamor. Gracias por querer ser mejor. Gracias por darme un beso. Gracias por dar sentido a mi vida. Gracias por querer compartir conmigo tu vida. Gracias por alegrarme la vida. Gracias por tu feminidad. Gracias por cuatro hijos. Gracias por tu cotidianidad.

Gracias por todo lo que estás por regalarme. Gracias por compartir tu fe conmigo. Gracias por los malos ratos. Gracias por limpiar y leer. Gracias por mojarte conmigo bajo la lluvia. Gracias por tus consejos. Gracias por tu sinceridad. Gracias por entrar en mi vida. Gracias por tu amistad. Gracias por compartir conmigo lo que sabes. Gracias por ser la fuerza de mi debilidad. Gracias por ser agradecida.

Cuando en el matrimonio el marido comparte con su mujer y acogen definitivamente la Gracia para la infinita apertura divina del mundo, entonces la familia puede llegar a ser una escuela de solidaridad en dónde el amor se convierte en una expresión vital.

Mª Isabel Rodríguez Peralta  30/12/2019

8 comentarios en “Gracia(s)”

  1. Gracias Isabel por invitarme a tu blog. He leído los que me has enviado en una anterior oportunidad y he disfrutado enormemente de tu manera de formular la cuestiones mas sencillas de la vida.
    Yo vivo en otras latitudes y por eso pido perdón de antemano si caigo en apreciaciones que no caben en el contexto de este blog, pero quisiera entender como pensarías si el esposo por alguna razón faltase en la familia. ¿Puede esa familia ser una escuela de solidaridad y el amor convertirse en una expresión vital, tambien? ¿Puede una mujer jefa de familia acoger la Gracia para la infinita apertura divina del mundo?

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    1. Querida Adriana, bienvenida a este blog, gracias por compartir tu comentario. Siempre es una alegría poder entrar en conversación que tanto bien nos hace a todos. Aquí van tan sólo algunas pinceladas respondiendo a tus preguntas.

      1.- Si el esposo por alguna razón falta en la familia ¿Puede esa familia ser una escuela de solidaridad y el amor convertirse en una expresión vital también? Si
      2.- ¿Puede una mujer jefa de familia acoger la Gracias para la infinita apertura divina del mundo? Si

      No existe matrimonio ni familia perfecta, aprender a aceptar nuestras imperfecciones y contratiempos forma parte de nuestra cotidianidad. También esto hay que aprenderlo. Para mí el estilo de vida familiar solidario pasa por ser una familiar abierta a Dios y al mundo. Sólo de esta manera podemos ir dando respuestas a nuestras necesidades reales y a la de los demás. La solidaridad se abre camino para humanizar nuestra forma de ser y vivir nuestra existencia plenamente.

      Inmersos en realidades tan diferentes, en otras latitudes y sin embargo todos tenemos las mismas necesidades de gratitud, muchas veces colmadas de gozo, dramas y sueños.
      La familia que tenemos, cuando acogemos la Gracia de Dios, sana y transforma el corazón hacía esa apertura y alegría para testimoniar el amor, infunde valor para hacer el bien y para prestar el servicio a la comunidad. La certeza de que vivimos, nos movemos y existimos en el Amor nos sostiene aún en las tormentas más fuertes. Al igual que el soplo, el viento o el huracán también nosotros manifestamos nuestra fortaleza en nuestra debilidad.

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