Sólo hace falta una razón para escribir, una razón para leer, una razón para vivir. Hay momentos en la vida en que sentimos una necesidad imperiosa de expresarnos, de retener de alguna manera lo que vivimos, experimentamos y pensamos. A veces nos sorprendemos con el deseo velado de querer compartirlo a futuras generaciones. Si compartimos que la educación exige visión de futuro quizás podamos contribuir a ello con algunas páginas de nuestra vida. Esto puede ayudar a, como dice Edgar Morín, la educación del futuro debe enseñar una ética de la comprensión planetaria.
Se ha decretado el estado de alarma y se ordena el confinamiento en muchos países por afrontar una pandemia. Me detengo un momento en una palabra que hasta ahora me era ajena y no formaba parte de mi vocabulario: el confinamiento. Se refiere a la acción y el resultado de encarcelar, reclutar, encerrar, internar, claustrar en una vivienda de carácter obligatoria, radicar temporalmente nuestra libertad. Debemos de reconocer que este estado de excepcionalidad no sucede todos los días. De un golpe nos roban la libertad de movimiento.
Un grito nace de nuestro interior ante un mundo que parece haberse detenido de repente. Las flores del tiempo están secuestradas por los hombres grises y todo se detiene. Así lo relata Michael Ende maravillosamente cuando narra la lucha de Momo por la libertad y el tiempo. Quizás sea el momento de escribir un diario, o en su caso de retomarlo. Nada ni nadie te lo impide, quizás ahora tengamos más razones que nunca.
Escribir, es una forma de escuchar, para expresar lo que vemos y vivimos, convertir nuestra vida rutinaria en una aventura. Todo se transforma cuando lo ordinario adquiere un cariz extraordinario. Basta una razón, un sentido, una necesidad porque una historia se escribe cuando merece ser contada y ésta lo es.
Hay momentos o amigos que nos nominan a un reto, éste es uno de ellos. Atrévete a tomar las riendas de tu vida y ser protagonista de nuestra historia. Escribir el libro de nuestras vidas. Los grandes libros siempre se han gestado en momentos difíciles, ya sea encarcelados, hospitalizados, enfermos, en guerras, recluidos, con hambre, descalzos o con miedo, perseguidos o amenazados, ya sean niños, jóvenes, adultos o abuelos. Quizás la obra más emblemática, pero no la única, sea el Diario de Ana Frank.
Hay tantas formas de expresarse como tipos de diarios existentes según su finalidad. Hay un sin fin de ellos ya sea el diario del profesor, del alumno, diario escolar, diario del prácticum, el diario de la prensa, diario de guerra, diario terapéutico, diario de mal de amores, diario sanador, diario pedagógico, diario de campo, diario de investigación, diario colectivo, diario pedagógico, diario de viaje o diario de expedición.
Sólo hace falta tener con qué escribir, tiempo y una razón. Para el que no sepa cómo arrancar que empiece con una idea, un sentimiento y un dibujo. Otra forma de empezar puede ser mirar a tu alrededor, detenerte en un detalle, en un hecho, en un diálogo, una anécdota. Con nuestro entendimiento lo elevamos a categoría cuando se convierte en objeto de reflexión con el propósito de intervenir en la realidad y actuar.
Todo ese proceso envuelto siempre en un espíritu de encuesta que va disparando las potencialidades ocultas y esa predisposición positiva favorece la creatividad a solventar todos los inconvenientes que vayan saliendo al paso de lo cotidiano. Tres líneas en adelante, más o menos, según lo que ocurra en el día. En definitiva despierta motivaciones dormidas. También consuela escuchar aquella música que te permita volar y soñar, porque como decía Dostoievski ‘escribir es vivir la tortura de que la palabra no sigue al pensamiento’ y sería una forma de aliviar ese tránsito.
Para terminar una palabra a los maestros, profesores, educadores, padres y madres. La mejor tarea que se le puede encomendar a un alumno, estudiante o hijos en tiempo de confinamiento es invitarles a que escriban su diario personal y confiar en ellos. Sin duda, es un ejercicio muy educativo y en poco tiempo conseguiremos resultados admirables.
Por una vez harán unos deberes que no tienen que entregar, ni llevarán una nota. Es un buen momento para cambiar el concepto de tareas y de calificaciones. Ha quedado claro que la escuela ya no puede ser lo que era. El reto con nuestros alumnos será escribir también nosotros el diario personal. Y por qué no, compartir con ellos al menos una página de nuestras vidas cuando volvamos a encontrarnos cuerpo a cuerpo con ellos. Ya lo decía Andrés Manjón del Ave María, algo adelantado a su tiempo, escribir un diario es obligación de todos los maestros y discípulos.
Mª Isabel Rodríguez 24/03/2020
Artículo recomendado, enlace:
CHILDREN AS PROTAGONISTS OF THEIR LEARNING
Gracias Isabel, «escribir es una forma de escuhar» tu texto me ha inspirado como persona y como docente. Gracias
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Hermoso reto para dar sentido a este tiempo tan extraño. En la peli «Diarios de la calle» esta tarea, llevada con responsabilidad por su maestra, transformó a los alumnos y a ella misma. De las miles de actividades que se nos proponen para llenar el tiempo ésta me parece de las mejores. ¡Gracias!
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Escribir nos ayuda a entendernos a nosotros mismos.
Espero q este confinamiento ayude a muchas personas a encontrar su luz, sus dones, talentos,… Para verificar que la felicidad y la paz q buscamos fuera de encuentro dentro esperando q le prestemos atención, una atención plena.
Gracias Isabel por hacernos estos regalos y espero q tengas un feliz encierro 😘
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Muchas gracias por su incansable trabajo por la educación. Me parece muy interesante el blog. Es un excelente momento para escribir y compartir las experiencias significativas. Gracias
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Yo nunca había pensado en un diario de esta manera, lo veía como cosas de jóvenes adolescentes.
Una cosa que no veo es que «nos roben la libertad en el confinamiento» más bien lo considero como un acto de entrega y Solidaridad, con los más vulnerables a la enfermedad.
Como positivo, es bueno eso de empezar con un dibujo, una idea etc, como buena pedagoga nos propone un primer paso pequeño y fácil, en la buena dirección.
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Maravilloso. Estoy totalmente de acuerdo, escribir es una forma de liberar tensiones y expresar emociones.
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Ahora que nuestros movimientos vuelven a estar restringidos, es un buen momento para escribir un diario. No lo he hecho nunca, pero me voy a animar. Precioso artículo. Gracias Isabel!
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Isabel, gracias por compartir. Ahora toca escribir. A ver qué sale.
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