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Enseñanza y el poder de la metáfora: las flores didácticas

Entre el proceso de enseñar y aprender se establece una relación dinámica y forma una unidad indisoluble. “En ruso, la palabra obuchenie significa –al mismo tiempo- ‘enseñar’ y ‘aprender’, considerándolo un fenómeno único” (Marina 2017). Sin embargo constatamos que el interés y el discurso pedagógico se han centrado en las últimas décadas casi exclusivamente en el aprendizaje quedando la reflexión sobre la enseñanza relegada a un segundo lugar.

Es preciso darle un giro al debate educativo y traer al centro del mismo la enseñanza y sus dificultades. El cómo ‘enseñar a enseñar’ es un reto y pone en la diana conceptos cómo las competencias docentes, la didáctica, el currículo y sobre todo la concepción de la enseñanza misma. Al respecto Angulo Rasco comenta lo siguiente: “¿Dónde se encuentra realmente el eje del cambio? ¿No tendríamos que volver a centrarnos en la enseñanza y convertirla en el centro del cambio y de la innovación universitaria? Parece que esto último es lo que hemos olvidado por completo. El aprendizaje del alumnado nos tendría, ciertamente, que preocupar. Pero es la enseñanza en lo que deberíamos ocuparnos” (Gimeno, 2008).

Desde una perspectiva burocrática el docente no encuentra la manera de responder a los desafíos reales y que la elaboración de proyectos culminen en experiencia educativa comprometidas. Es ineludible establecer una relación coherente entre enseñanza y supuesta innovación en la formación docente.

Urge compartir reflexiones y concreciones que partan de un compromiso profesional desde una práctica educativa para ofrecer una enseñanza más coherente. Según Bolívar (2010) el docente no suele saber cómo provocar contextos y situaciones para la transferencia y movilización de los recursos enseñados. Aquí van dos preguntas lanzaderas ¿Cómo reconstruir una lógica curricular que nos permita mirar la realidad de otra manera?, ¿Cómo potenciar el aprendizaje y la enseñanza desde una perspectiva radicalmente diferente?

Ciertamente nos encontramos inmersos en una disolución irremediable de referencias y certezas que confieran el sentido último en educación. Este debate no se puede reducir exclusivamente en hablar de motivación, ni de currículo o de metodología. Se precisa de unas habilidades de pensamiento que permitan desarrollar un ejercicio crítico compartido en esta reflexión, pero sobre todo tomar esa distancia precisa que permita cambiar de perspectiva. Según De la Herrán y Fortunato (2019) tres son los ejes del problema en la formación del profesorado: hay en problema en el enfoque, otro es instrumental y por último el ego. “Hoy solo nos ocupamos del ego. El jardín me aleja un paso más de mi ego, percibo el tiempo de manera distinta” (Byung-Chul 2019).

Es preciso educar desde una pedagogía de la realidad para superar una personalidad conformada como un mosaico fragmentado y disperso, de características e iniciativas que incluso se contradicen irreconciliablemente entre sí.

No se puede dar por supuesto que por ser estudiantes universitarios, -por el mero hecho de tener más edad que un niño-, se posea una sabiduría que aventaje a los niños en experiencia. Por desgracia, en demasiadas ocasiones la experiencia de los adultos supone una pesada y paralizante losa con fuerte resistencias a lo nuevo y a lo desconocido. Esto constituye sin duda una dificultad a superar. El desafío está en formar maestros que sean imprescindibles.  “Pocos profesores de las facultades de educación logran escapar de la trampa de los instrumental construido aparentemente desde la posición de poca confianza en la profesión docente” (Pinar 2014).

La implementación en el aula del método Flores para aprender (FpA) permite iniciar procesos en el tiempo, desarrollar la creatividad y la imaginación en los diseños de proyectos didácticos.

La lógica curricular de la Flor didáctica nos ofrece modelos de planificación de la enseñanza que anima la imaginación de los estudiantes y a planificar de otra manera los proyectos rompiendo con el asignaturismo (Lledó, 2019) para trabajar desde un enfoque interdisciplinar y globalizador.

David Epstein (2019) comenta en su último libro -Range, How Generalists Triumph in a Specialized World- que a medida que la tecnología hace girar al mundo a través de redes de sistemas interconectados en los que cada persona solo ve una partecita también necesitamos personas que abracen de forma bien amplia la diversidad de experiencias y perspectivas a medida que progresan. El desafío al que nos enfrentamos es el de mantener los beneficios de amplificar nuestras diversas experiencias, el pensamiento interdisciplinar. Frente a la concentración demorada en un mundo que cada vez más incentiva y requiere de la hiperespecialización lo que necesitamos son personas con amplitud de miras.  

Dibujar una flor didáctica permite plantear la imagen de la flor como antesala de la imaginación. La imagen nos impresiona, no por lo que muestra, sino por su significado. “Nunca miramos solo una cosa; siempre miramos la relación entre las cosas y nosotros mismos. (…) Una imagen es una visión que ha sido recreada o reproducida. Toda imagen incorpora un modo de ver”. (Berger, 2016)

La función primaria de la metáfora es proporcionar una comprensión parcial de un tipo de experiencia en términos de otro tipo de experiencia. Esto puede implicar semejanzas aisladas preexistentes, o la creación de semejanzas nuevas, y muchas más (Lakoff, G. & Johnson,M 2017).

Dibujar la flor tiene interesantes implicaciones. Es una realidad familiar y cotidiana que nos ayuda a visualizar la conexión entre los elementos curriculares. Por otro lado es la aplicación de una estrategia creativa que se puede aplicar en cualquier contexto, con o sin recursos. Se puede desarrollar en diferentes contextos y con alumnos con diferentes necesidades. El método Flores para aprender (FpA) tiene una gran resonancia de inclusividad y diversidad, de belleza, de fortaleza y de debilidad al mismo tiempo. La flor es naturaleza viva y llena de posibilidades.

¿Dónde está lo esencial?  En la fruta está el interés, pero en las raíces el anclaje que nos permite aproximarnos a la educación de la interioridad. En palabras de Byung-Chul (2019) “…ahí  abajo había una VIDA misteriosa que hasta entonces yo desconocía. Cada brote que surge de ella -la tierra- es para mí un verdadero milagro”.

Mª Isabel Rodríguez Peralta 27/08/2020

La publicación completa la puedes encontrar en el siguiente enlace:

Rodríguez, M. I. (2020). Flores didácticas. Para la enseñanza en la formación del profesorado. En T. Sola, M. García, A. Fuentes, A. M. Rodríguez y J. López (eds.), Innovación Educativa en la Sociedad Digital (487-497). ISBN: 978-84-1324-493-8  

(*) Foto de la autora, se trata de una recreación del cuadro Flores (1864) de Henri Fontin-Latour

17 comentarios en “Enseñanza y el poder de la metáfora: las flores didácticas”

  1. Animar la imaginación rompiendo el asignaturismo y proponiendo la mirada global dadora de sentido a las raíces de la escuela es lo único que puede hacer que nuestros nietos coman plácidamente las peras de una nueva cultura.

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  2. Un artículo.luy interesante,que abre el horizonte y acoge diversos contextos y realidades diferentes.
    Muy acertado el enfoque para la preparación del.profesorado

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  3. Que bonita entrada Isabel. Me he acordado de una maestra que me enseño a reflexionar y descubrir el significado de las metáforas y los refranes populares. El primero que descubrí casualmente fue una flor, «No hay rosas sin espinas», ahora comprendo que era «educación de la interioridad».

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    1. Querida Asun gracias por compartir tu experiencia. Solo el transcurso del tiempo, la humildad y la experiencia nos permiten caer en la cuenta que debemos mucho más de lo que pensamos a nuestros maestros. Algo muy importante para los maestros, profesores, padres, madres y educadores es convencimiento de que nada, absolutamente nada cae en tierra baldía y que lo frutos necesitan un tiempo de maduración que no nos corresponde a nosotros , salvo mucha paciencia. la cosecha corresponderá a otros.

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  4. Enhorabuena por la aportación.
    Creo que la clave está en los buenos docentes, aquellos que logran que sus estudiantes sean proactivos, creativos…
    El desempeño de la docencia requiere formarse adecuadamente y, una vez en el aula, conseguir que los alumnos sean conscientes de su aprendizaje, no solo para aprender, también para desaprender.
    Seguimos 👣

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    1. Gracias por tu reflexión tan sugerente. La formación docente requiere de honestidad con uno mismo y ponerse en camino junto a los estudiantes con todas sus consecuencias. El problema estriba en saber que es lo ‘adecuado’ en la formación docente para cada uno, pues ahí estriba el talón de Aquiles. Ánimo, seguimos!!

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  5. Precioso Isabel. Guardo los apuntes de su asignatura en los que tengo una flor dibujada. Muchas gracias por compartir estas entradas, haciéndonos reflexionar de manera profunda en nuestra labor docente. Desde luego es la forma de adquirir raíces fuertes en la búsqueda por encontrar la forma más adecuada de enseñanza-aprendizaje.

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  6. Enhorabuena Isabel, muy interesante la perspectiva de profundizar en el arte de enseñar, que implica necesariamente conocer los procesos de aprendizaje del alumnado y crear los contextos adecuados para su desarrollo. Pero es mucho más: comprensión, flexibilidad, adaptabilidad, apertura, incentivación, asesoramiento, prospectiva, etc., y, sobre todo, pasión.

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  7. Me ha encantado tu publicación, es un placer leerte.
    Destaco el reto de enseñar a enseñar y el mérito que tiene el buscar metáforas sencillas que ayuden a comprender y que despierten las emociones, consiguiendo que el aprendizaje sea más significativo.

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  8. Muy interesante reflexión sobre la importancia de la relación enseñanza-aprendizaje, como un solo fenómeno.
    Me gusta mucho también la idea de incorporar un proceso creativo en el aprendizaje pues creo que ayuda a construir ideas mucho más completas, uniendo más dimensiones de la realidad.
    Me parece genial la idea de las flores didácticas. Una manera práctica de hacer que un concepto concreto ayude a construir un concepto abstracto que son representados en la totalidad de la imagen.
    Gracias por el momento de reflexión!

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