Flores para Aprender, una nueva mirada

Hace unos días celebramos en Granada el curso ‘Flores para Aprender’ (FpA). Hemos sido un grupo de entusiastas por la educación y hemos generado un encuentro muy enriquecedor para profundizar en las posibilidades y experiencias encaminadas a diseñar proyectos educativos y el potencial que ello tiene.

Vimos algunas claves importantes sobre cómo aprender a dibujar un paisaje curricular para aterrizar en situaciones de aprendizaje y todo ello desde distintas perspectivas. Utilizar la metáfora como antesala de la imaginación permite que a lo largo de este proceso integremos la dimensión técnica, que debe tener todo proyecto, con la dimensión creativa. Lo complejo no tiene por qué ser complicado. Y por ello es esencial comprender las conexiones que hay entre todos los elementos curriculares que establece la LOMLOE, así como su coherencia y viabilidad en las distinta etapas educativas.

Todo ello permite generar conexiones interdisciplinares, relaciones didáctico-pedagógicas contextualizadas y crear una narrativa evocadora para responder a los problemas sociales como centro de interés. Lo más difícil es encontrar y dinamizar esos centros de interés . Un objetivo nada fácil, ese de encontrar caminos nuevos que no ahoguen la capacidad de asombro y la curiosidad, no sólo de los alumnos sino de toda la comunidad educativa.

Tuvimos la ocasión de poner en practica -por grupos- algunas estrategias. Es preciso desarrollar el tacto pedagógico suficiente para ver en lo cotidiano algún desencadenante; despertar y leer la vida. Limitarnos a libros de texto, fichas y asignaturas encajonadas para salir del paso es igual que comer tortillas de patatas precocinada a diario.

Necesitamos educar una nueva mirada para descubrir las situaciones de aprendizaje en contextos cotidianos y concederles la importancia que tienen para avanzar en profundidad. Un ejemplo muy ilustrativo se puede leer en Daniel. Sucede como en una partida de ajedrez: la jugada está ahí en el tablero; sólo hay que saber verla.

Pero para poner en marcha proyectos interdisciplinares en los centros educativos entran en juego otros factores además a alinear los elementos curriculares. Necesitamos una nueva mirada para repensar la gestión de los tiempos como por ejemplo el horario escolar.

Es preciso no perderse en un laberinto y reconocer los senderos como el caminante que se orienta en un mapa. Así el método Flores para Aprender permite encontrarle sentido a todo el recorrido desde el centro de interés que se concreta en la asamblea inicial hasta la valoración final de lo aprendido.

Para terminar esta breve reseña cabe señalar que la legislación educativa puede y debe estar al servicio de la persona y no al revés, facilitar la iniciativa a los docentes y no someterlos a un suplicio burocrático. En definitiva se trata de conocerla más y mejor para de este modo ser más libres y así convertirlo todo en oportunidad para enseñar y aprender de otra manera.

Todos los asistentes al curso nos hemos quedado con ganas de volver a vernos para continuar profundizando en el método Flores para Aprender.

Aquí os dejo el enlace de inscripción para el curso Flores para Aprender (FpA) el viernes 7/06/2024.

Como decía Marc Chagall sin flores no se puede vivir.

M Isabel Rodríguez Peralta