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Flores para Aprender, una nueva mirada (y II)

Así como la lluvia es un bien que refresca el ambiente, especialmente en tiempos de sequía, así también los cursos de Flores para Aprender (FpA) son espacios para refrescar la mirada sobre nuestro desempeño docente. ¿Cómo? Arando el terreno y cultivando semillas que todos llevamos dentro para germinar, crecer, desarrollar y dar flores antes de pensar en cosechar frutos, sin olvidarnos de esto último. Porque partimos de la premisa de que el final está desde el principio.

En este último curso que impartí en junio en Granada se presentaron propuestas originales y recursos con el objetivo de hacer comprensible lo complejo. También quedó patente el potencial del método Flores para Aprender desde una visión holística al poder establecer conexiones que nos permitan gestionar situaciones de aprendizaje desde una perspectiva interdisciplinar. Los asistentes pudieron hilar todos los elementos curriculares en una propuesta didáctica disfrutando entre todos de un ambiente refrescante cual lluvia esperada en tiempos de sequía.

Nuestro modelo pedagógico FpA parte del reconocimiento de la complejidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje que rompe con un pensamiento lineal dando paso a un paradigma de la complejidad (Morín, 2004). Nos abre las puertas a la lógica de la articulación y la apertura frente a la lógica de la fragmentación que se agota en la lógica disciplinar. Su dimensión holística permite ver la totalidad en su conjunto, en su complejidad, apreciar las interacciones y procesos que no se perciben de forma fragmentada.

Es comprensible las confusiones, dificultades y dudas que ha generado la LOMLOE, en ocasiones con un vocabulario que confunde y su falta de precisión que no facilita su comprensión. Su implementación requiere de mucho diálogo y sobre todo de mucha pedagogía. El método Flores para Aprender parte de una pedagogía que nos permite ir avanzando en esta línea.

Me detengo brevemente en tres aspecto de lo que supone introducir, por ejemplo, el concepto de situación de aprendizaje, la herramienta de mayor concreción curricular.

  1. La actualidad como elemento desencadenante. La clave está en saber identificar las situaciones de aprendizaje en el contexto cercano. Ver estas situación de aprendizaje exige saber leer la realidad, los problemas actuales, necesidades sociales en cada momento y, sobre todo, poner en práctica una pedagogía de la realidad. A esto en FpA lo llamamos elemento desencadenante: ¿A partir de dónde? ¿Cómo se decide? ¿Quién lo decide?
  2. Una situación de aprendizaje debe ser una propuesta curricular clara, sencilla y asequible en la que una vez identificado el centro de interés se establece una coherencia entre lo organizativo de la estructura curricular y sus principios generales y pedagógicos.
  3. Por último, un aspecto muy relevante a tener en cuenta en la práctica docente es que durante el desarrollo de la secuencia didáctica se produce una interacción entre el perfil competencial /de salida de los alumnos y el perfil competencial profesional del docente creando una zona de desarrollo próximo. Son los maestros y profesores los responsables que deben comprender y valorar sus limitaciones y potencial, así como ordenar los espacios y tiempos de forma colaborativa entre el equipo docente y la comunidad educativa.

Este último curso de junio comenzó fijando la mirada en un olmo de Pinos Genil como un elemento desencadenante. La Universidad de Granada lo catalogó durante 2023 en un olmo de más de cinco siglos de antigüedad y se convirtió en un atractivo para los visitantes del pueblo. Esta noticia se publicó en el periódico y lo transformamos en un elemento motivador. La clave reside en generar un ambiente que enganche y descubrir que cualquier hecho cotidiano -cual libro de la vida- es susceptible de transformarse en situaciones de aprendizaje. La magia está en saber identificar el potencial de una situación de aprendizaje cercano como centro de interés.

Los asistentes al curso se organizaron por grupos para realizar asambleas, debatir y proponer cada uno un eje temático. A partir de ahí seleccionar, relacionar, integrar y alienar todos los elementos curriculares e hilar todo un despliegue de actividades, tareas y retos coherente con los objetivos y perfil de competencial.

Concluimos que no podemos pedir peras al olmo ni tampoco manzanas, como esas manzanas reinetas que pudimos compartir y degustar al final del curso haciendo un guiño a la poesía de Gloria Fuertes. Como dijimos al comienzo el producto final se gesta desde el principio.

Gracias a todos los que de una u otra manera estáis formando parte de esta experiencia educativa. Seguiremos organizando cursos de Flores para Aprender (FpA). Para + información escribir a aquí

M. Isabel Rodríguez Peralta

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